Antaño, la música de Schubert solo se tocaba en conciertos privados en casa, que se conocían como Schubertiade. Por tímido que fuera Schubert en público, era muy sociable con sus amigos. La gente bailaba, cantaba, jugaba a las charadas, bebía y leía poemas, mientras Schubert se sentaba al piano y tocaba su última obra. El carácter íntimo de estos conciertos se ha conservado hasta nuestros días, ya sea en un paisaje alpino o en un escenario bastante inusual.
"Mozart y Beethoven llegan al cielo, Schubert viene de allí". (Oskar Werner, actor austriaco)