La bola de nieve vienesa
El recuerdo mundialmente famoso de la fábrica vienesa original de bolas de nieve
Agítala una vez y maravíllate con la mágica nevada que cae suavemente sobre los delicados motivos. Un truco encantador y un souvenir mundialmente famoso. ¿Quién no reconoce las icónicas "bolas de nieve" de cristal (y no de plástico)? Pero muy pocos saben que este encantador recuerdo tiene su origen en Austria, concretamente en Viena. La familia Perzy las fabrica en su taller vienés original, y como cada bola de nieve se elabora a mano, cada una es tan única como un copo de nieve.
Nevadas por encargo
Erwin Perzy III está orgulloso de que sus bolas de nieve se copien millones de veces en todo el mundo. La primera bola de nieve fue inventada por su abuelo, y por eso el taller de Perzy se llama "La fábrica vienesa original de bolas de nieve". Y así ha sido desde 1905.
Por aquel entonces, Erwin Perzy I trabajaba en una lámpara para quirófanos, llenando esferas de cristal con agua y retroiluminándolas con una bombilla. Para que la luz fuera más reflectante, añadía primero virutas de vidrio y luego sémola. Cuando el agua se arremolinaba, parecía nieve a la deriva. La lámpara no llegó a funcionar, pero en su lugar nació una ingeniosa idea de negocio.
¿Sabías que ..
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Protección del clima
El cultivo de Costumbres y tradiciones en Austria está estrechamente ligado a la sostenibilidad. Tradiciones como las batidas de ganado, las fiestas tradicionales y la artesanía regional demuestran un profundo respeto por la naturaleza y los recursos. Estas costumbres fomentan la comprensión y el aprecio de la flora y la fauna locales, así como la conciencia medioambiental.
Las costumbres y tradiciones también refuerzan la sostenibilidad social: fiestas tradicionales como la izada del mayo, las celebraciones de Semana Santa o las Costumbres navideñas refuerzan el sentido de comunidad y el compromiso compartido de cuidar la región. También Patrimonio cultural inmaterial también honra los rituales, costumbres y oficios tradicionales que se transmiten de generación en generación. Los visitantes que experimentan estas tradiciones se sumergen en la cultura austriaca, lo que a su vez refuerza la identidad local.