Wiener Schnitzel
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El Wiener Schnitzel es un escalope de ternera empanada y frita, originario de Viena. Es un plato clásico de la gastronomía austriaca.
Método
- Tiempo de preparación: 45 min.
- 4 Porciones
Coloca el escalope, quita cualquier membrana si es necesario y aplánalo ligeramente. Sazona ambos lados con sal y pimienta. Coloca la harina y el pan rallado en platos planos, y rompe los huevos en otro plato, batiéndolos con un tenedor.
Reboza los escalopes uno por uno, primero en la harina por ambos lados, luego pásalos por los huevos batidos, asegurándote de que no queden zonas secas. Finalmente, pásalos por el pan rallado y presiona la empanada suavemente con la parte de atrás de un tenedor (esto hará que la capa de pan rallado quede más crujiente).
En una sartén grande (o en 2 sartenes medianas), derrite suficiente manteca clarificada para que los escalopes puedan nadar bien (o calienta aceite vegetal con 1 a 2 cucharadas de manteca clarificada o mantequilla).
Introduce los escalopes solo cuando la grasa esté lo suficientemente caliente como para que chisporrotee y haga espuma al caer en ella algunas migas de pan o un pequeño trozo de mantequilla.
Fríe los escalopes de 2 minutos (para los escalopes de ternera finos) a 4 minutos (para los escalopes de cerdo más gruesos) hasta que estén dorados. Voltea con una espátula (sin pincharlos) y fríe el otro lado hasta que también esté dorado.
Retira los escalopes crujientes y colócalos sobre papel de cocina para escurrir el exceso de grasa. Sécalos suavemente con cuidado. Sirve y decora con rodajas de limón antes de presentar.
Se sirve con patatas al perejil, arroz, ensalada de patatas o una ensalada mixta.
Ingredientes
Efecto sorpresa
En Austria, no todo schnitzel puede llamarse Wiener Schnitzel. Cuando veas "Wiener Schnitzel" en el menú, te estará ofreciendo un escalope de ternera frito en manteca clarificada.
Para preparar este clásico, la carne se golpea suavemente, se sazona y se humedece antes de pasarla por harina, huevo y pan rallado. Es importante no presionar las migas para que el empanado quede crujiente y forme esas ondas características al freírse, creando ese efecto de "¡Wow! ¡Soy un auténtico Wiener Schnitzel!"
El antecesor del Wiener Schnitzel es uno de esos platos que originalmente cumplían propósitos representativos. Para demostrar un estilo de vida lujoso, los venecianos en el Renacimiento cubrían los alimentos, especialmente los dulces, con hojas de oro. Cuando la Iglesia Católica intentó frenar estos excesos en 1514 y prohibió por ley el dorado de los alimentos, los chefs italianos recurrieron a un método de preparación alternativo más antiguo: el empanado dorado.
El plato de carne supuestamente llegó a Austria alrededor del año 1857, gracias al mariscal de campo austriaco Radetzky. Según la leyenda, se enamoró del "Cotoletta a la milanese" y casi personalmente importó la receta al Danubio. Sin embargo, la primera mención conocida del Wiener Schnitzel en la cocina austriaca data ya de 1831.