Kaiserschmarren
- Classics
- Sweet
- Vegetarian
- dessert
El Kaiserschmarren es un postre austríaco similar a un pancake desmenuzado, famoso por ser favorito del emperador Francisco José I.
Método
- Tiempo de preparación: 45 min.
- 4 Porciones
Coloca las pasas en un bol, mézclalas con ron y deja reposar durante aproximadamente 15 minutos. Separa los huevos y coloca las yemas en un bol para batir. Añade la leche, aromatiza con un poco de ralladura de limón y azúcar de vainilla, y agrega la harina. Mezcla hasta obtener una masa suave.
Bate las claras de huevo con azúcar cristal y una pizca de sal hasta que estén a punto de nieve firme, y luego incorpóralas suavemente a la masa. Precalienta el horno a 180 °C.
En una sartén grande o en dos pequeñas (antiadherentes), derrite la mantequilla. Vierte la masa y, después de 1 a 2 minutos, distribuye las pasas escurridas por encima. Dora el lado inferior hasta que esté ligeramente dorado, luego dale la vuelta con una espátula y hornea en el horno precalentado durante 6 a 8 minutos hasta que esté dorado.
Rompe el Kaiserschmarren en trozos pequeños con dos tenedores. Distribuye trozos de mantequilla por encima, espolvorea con un poco de azúcar cristal y deja que se caramelice bajo el grill del horno a temperatura alta. Retíralo con cuidado (¡los mangos de las sartenes están calientes!) y colócalo en platos precalentados. Espolvorea con azúcar glas y canela.
Consejo: Se puede servir con compota de ciruelas, salsa de bayas o compota. El Kaiserschmarren también puede cocinarse en la estufa y caramelizarse al final con la tapa cerrada.
Ingredientes
La monarquía austrohúngara puede haber unido a muchos pueblos bajo su águila bicéfala, pero en cuanto a la selección de alimentos, el emperador Francisco José era muy sencillo y regional. Además, o mejor dicho, después de la carne de vaca hervida, le encantaban las masas simples de huevos, harina, leche y un poco de azúcar, como el esponjoso Kaiserschmarren. Si este se debe realmente a una tortilla fallida y rota o a un bocadillo salado servido por pastores, probablemente nunca se sabrá. Pero no hace falta. Lo importante es que la receta nos ha llegado.