Vacaciones en una granja tirolesa

¡El aire de la montaña despierta el apetito! Según el equipamiento de la cabaña, la preparación de la comida es sencilla, rústica o cómoda. Algunos refugios también ofrecen servicio de comidas. Se puede comprar leche fresca y queso en las granjas vecinas. Las campesinas alpinas siempre tienen algo que contar y también conocen los mejores lugares donde maduran las bayas.

Para los niños, resultará imposible aburrirse en unas vacaciones como estas. Se requiere fantasía y curiosidad, ya que el inmenso patio de recreo de las montañas ofrece mil y una opciones y, sobre todo, una libertad de movimientos sin límites.

Armonía con el Medio Ambiente y Regionalidad

Vivir en la granja no solo promueve la conservación de recursos, sino que también favorece la sostenibilidad. Los propietarios de las granjas priorizan el uso de materiales locales y soluciones ecológicas en energía, como placas solares y calefacción con astillas de madera. Además, se fomenta la separación de residuos, el upcycling y el uso de productos de limpieza biodegradables, muchos de ellos elaborados en la propia granja. Las tradiciones, lejos de ser anticuadas, son una base para prácticas ecológicas conscientes.

En nuestras granjas también se preservan razas autóctonas y variedades antiguas de frutas y verduras, cultivadas y criadas en un entorno que favorece su crecimiento saludable. Esto no solo resulta en alimentos frescos y saludables, sino que evita largos transportes, garantizando productos regionales. Los animales se crían de manera respetuosa, sin aditivos químicos, y puedes comprobarlo personalmente visitando los establos. Aquí, la sostenibilidad es una forma de vida que beneficia tanto al medio ambiente como a quienes disfrutan de estos productos.