Prater de Viena
Parque de atracciones y oasis verde
El Prater de Viena es una zona llena de contrastes, donde la vida urbana y la naturaleza se funden armoniosamente. Su historia se remonta al siglo XII: antaño fue coto de caza de los Habsburgo y después lugar de exuberantes fiestas públicas. El Prater fue abierto al público en 1766 por el emperador José II, un paso revolucionario que sentó las bases de la zona recreativa más popular de Viena.
Pronto aparecieron las primeras posadas, columpios y tiovivos, estableciendo el Wurstelprater como un animado lugar de encuentro para los vieneses. Mientras los carruseles traqueteaban y Hanswurst gastaba sus bromas en el Wurstelprater, los vieneses paseaban por la avenida principal entre poderosos castaños.
La Exposición Universal de 1873 transformó el Prater en un escaparate internacional y aceleró la urbanización de Viena. Las modernas infraestructuras, la arquitectura visionaria y la emblemática rotonda tuvieron un impacto duradero en el paisaje urbano. Johann Strauss (hijo) compuso la "Cuadrilla de la Rotonda" para la Exposición Universal e hizo del Prater el epicentro musical de la actitud vienesa ante la vida de la época.
Hoy en día, el Prater inspira en toda su diversidad: la adrenalina y la nostalgia se encuentran con la naturaleza y la relajación. La famosa noria como punto de referencia se eleva sobre el Prater, mientras que justo a su lado 6 km² de espacio verde invitan a respirar hondo. Aquí es donde Viena se encuentra: corredores en la avenida principal, familias de picnic, remeros en el Heustadlwasser. Los deportistas y quienes buscan relajarse aprecian el extenso Prater Verde como uno de los prados urbanos más bellos de Europa.
Es esta mezcla de dinamismo y serenidad, de tradición y vanguardia, lo que hace del Prater un lugar único, en el que todo el mundo puede encontrar su rincón favorito.
El Prater de Viena está a sólo 3 kilómetros en línea recta de la Catedral de San Esteban en línea recta.
El Prater de Viena desde todas las perspectivas
Espectáculo y diversión: de lo clásico a la adrenalina
Superlativos
El quinto carrusel de cadena más alto del mundo
La Torre del Prater columpiarse en círculos en un asiento doble a 117 metros de altura: ¡sólo para los que tienen cabeza para las alturas e ideal para los románticos!El tobogán de madera más antiguo del mundo
Al saco de yute y para abajo: El "Tobogán" es algo para nostálgicos que disfrutan con la velocidad.El mejor codillo de cerdo bajo los árboles
En el jardín de invitados del "Schweizerhaus" se sirven cada minuto crujientes codillos de cerdo, la especialidad de la casa.El "Ratón salvaje"
La nostálgica montaña rusa con sus curvas de 180 grados sube la adrenalina tanto como las grandes maquetas.
Un oasis natural en la ciudad
El Prater Verde: el gran pulmón natural de Viena
Después de los Bosques de Viena, el Prater Verde es el mayor paraíso natural de la ciudad. A solo unos pasos de la emblemática Noria Gigante, se extiende una zona recreativa de 6 km², casi el doble del tamaño del Central Park de Nueva York.
La histórica Prater Hauptallee, de 4,5 km de largo, antaño escenario de carreras de caballos imperiales, está bordeada por 2.500 castaños, que en primavera florecen creando un espectáculo natural único. La avenida lleva directamente a la Lusthaus, el antiguo pabellón de caza imperial, hoy transformado en un encantador restaurante y cafetería.
Prados amplios y bosques invitan a disfrutar de la naturaleza o practicar deporte: ya sea jogging, ciclismo, patinaje o simplemente un paseo tranquilo. Antiguos brazos del Danubio, como el Heustadlwasser, forman paisajes ribereños ideales para navegar o hacer un picnic.
Con más de 127.000 m² de zonas deportivas, parques infantiles y la nostálgica Liliputbahn, este rincón verde ofrece una versión relajada y vibrante de Viena, perfecta para desconectar.
Pasar la noche en el Prater
Cocina vienesa y más
Preguntas frecuentes
El futuro de la naturaleza
Las experiencias al aire libre son una forma divertida de despertar el interés de los niños por el medio ambiente. Rápidamente se dan cuenta de lo mucho que merece la pena proteger la naturaleza.
La naturaleza como aventura: La naturaleza es un "patio de aventuras" que hay que cuidar y donde se pueden descubrir cosas apasionantes, desde plantas y animales hasta el mundo del agua.
El medio ambiente como libro de texto: Utiliza las actividades al aire libre para hablar de la protección y la responsabilidad medioambientales de una forma lúdica.
Recursos: conciencia a los niños de lo importante que es proteger los recursos: Ahorrar agua, separar la basura, consumo consciente.
Responsabilidad personal: Recoger juntos la basura, realizar pequeñas "misiones medioambientales" y explicar a los niños cómo se responsabilizan con sus acciones.
Diversión y creatividad: Ser imaginativos, hacer juntos obras de arte sobre la naturaleza, escribir diarios medioambientales. De este modo, la conciencia medioambiental cobra vida a través del juego y permanece en la memoria.