Catedral de San Esteban de Viena
Lugar emblemático de Viena
Al acercarse a la plaza de San Esteban desde la calle Kärntner Straße, una vista única se despliega gradualmente. En medio del bullicioso ir y venir de transeúntes, turistas y clientes de cafeterías, se alza la imponente catedral. Un lugar que fusiona historia y modernidad: a un lado, la majestuosa catedral gótica; al otro, la moderna Casa Haas de cristal.
Una obra de generaciones
La catedral, consagrada originalmente como iglesia románica en 1147, fue construida bajo la influencia del margrave Leopoldo IV de Babenberg y el obispo Reginmar de Passau. A lo largo de los siglos, se transformó en una obra maestra gótica, con su destacada torre sur, iniciada en 1359 bajo el duque Rodolfo IV, que aún domina Viena. Severamente dañada durante la Segunda Guerra Mundial, fue reconstruida en 1952, simbolizando la reconstrucción de Austria. Al observar la gigantesca puerta en la concurrida Stephansplatz, se puede ver la parte más antigua conservada de la catedral, el pórtico occidental, que data del siglo XIII.
La catedral de San Esteban cuenta con cuatro torres, incluida la torre sur de 136,4 metros, y su fachada oeste está flanqueada por las torres paganas. Destaca su techo, un mosaico de azulejos de colores con el escudo de Viena y el águila bicéfala. Más allá de su papel religioso, la catedral de San Esteban es un punto de encuentro cultural para Viena. No es de extrañar que el "Steffl" ocupe un lugar especial en el corazón de los vieneses y sea considerado el símbolo de la ciudad.
Las bóvedas góticas ofrecen un marco impresionante para obras maestras de la música clásica, desde Mozart hasta conciertos de órgano y de Adviento. Los conciertos en la Catedral de San Esteban son una experiencia sonora única.
La catedral de San Esteban en todas sus perspectivas
La catedral y sus tesoros
Una atracción oculta
Los visitantes curiosos pueden descubrir numerosos secretos en un recorrido por la catedral de San Esteban. Si observan detenidamente, encontrarán demonios tallados en piedra, un reloj de sol y las marcas de calibración amuralladas de los mercaderes de paños. Pero ningún otro rincón está envuelto en tantas leyendas como el "Dios del Dolor de Muelas".
Escondida detrás de la catedral, en el ábside, se encuentra una media figura de Cristo sufriente con una corona de espinas. Según la leyenda, un día la cinta que sujetaba la corona de flores frescas se deslizó sobre la mejilla de la figura, lo que provocó que tres estudiantes se burlaran del "divino dolor de muelas". De repente, los tres comenzaron a sufrir intensos dolores de muelas. Se dice que solo pedir disculpas al "hombre del dolor" les trajo alivio.
Visita: Descubre la Plaza de San Esteban
La ciudad desde arriba
Para muchos visitantes, experimentar Viena desde las alturas es una de sus principales metas. La Türmerstube ofrece esta oportunidad: 343 escalones conducen a la torre sur, a 72 metros de altura, desde donde se vigilaban los incendios de la ciudad. Hoy en día, la vista de los tejados sigue siendo impresionante. La torre sur de la catedral, con más de 136 metros, es la tercera torre gótica más alta del mundo.
Menos exigente físicamente pero igualmente espectacular es la experiencia en la torre norte, de 68 metros, a la que se accede cómodamente en ascensor hasta el mirador. Además, la torre alberga la famosa campana Pummerin, una de las campanas de volteo libre más grandes de Europa, cuyo tañido solo se escucha en ocasiones especiales.
La catedral de San Esteban como recuerdo
Preguntas frecuentes
Información sobre protección del clima
La conservación de edificios históricos es una iniciativa destacada en Austria para la protección del clima. ¿Por qué?
La conservación de edificios históricos puede ayudar a ahorrar recursos. Los edificios existentes se conservan para que no haya que realizar nuevos proyectos de construcción en espacios verdes.
La protección de monumentos desempeña un importante papel sociocultural al contribuir a la conservación de edificios históricos. Esto puede reforzar la identidad regional y enriquecer la oferta cultural.
Muchos edificios históricos se construyeron originalmente con materiales naturales, a menudo de la región. Durante las obras de restauración, se procura utilizar estos materiales para preservar la originalidad de los edificios.
Se puede proteger la existencia de especies animales y vegetales y sus hábitats.